
Raúl Alberto Mejía
Recuerda
Recuerda árboles altos como la muerte,
el silencio encanecido por el aire.
Recuerda tu aventura
a través del azar del agua:
–inquieta ave que vuela
entre rocas–;
una mariposa del mar
a lo lejos…
Recuerda un poema de Whitman que tiembla
en la hierba de esos montes,
un deseo hecho mujer esperado
en la alcoba de la noche.
Recuerda la fuga de tu piel
hacia los garfios dorados del sol,
tu rostro sediento
del rocío de unos labios.
Recuerda una tumba abierta a la impotencia,
una ventana extensa
en la boa de las horas;
un camino entre murmullos de estrellas
hacia las balsas del agua.
Recuerda la parábola de tu miedo
en el calvario del papel.
Intenta existir
Prueba sentarte a solas en tu casa,
ausente de los cuerpos que se hunden en el ruido de pasos,
de bostezos que crean la rutina.
Intenta escribir mientras un mito de agua y de silencio
profetiza el arribo de tu última noche.
No habrá quien te guíe hacia palabras redentoras,
la familia espontánea que nace de cualquier sonrisa
se evaporá al palpar el rictus de la angustia.
Aprende a alejarte de lo hecho hasta el hastío,
demasiados anhelan una tumba estrecha, húmeda.
Las Mujeres –compréndelo– conocen demasiado la Tierra,
no serán ellas tus guías recomendables para el vuelo…
Ve de los ocultos pasillos de tu miedo,
a la opaca luz del crepúsculo que huye,
busca la protección de la hierba, del vacío
que acaece tras los gestos cansados de las calles.
Los Hombres –acéptalo– necesitan
tanto el deseo que aceptan cualquier dios mezquino.
Grita, pues donde menos se piensa,
habrá quien crezca al escuchar tu rabia.
Los días te serán como los míos:
una tregua miserable entre la realidad y la fantasía.
Podrás fingir la hazaña de un verano infatigable,
te sumirás en el lento azul de horizontes marinos,
tu cabello fingirá el frenesí de las aves;
tendrás derecho a la utopía, al sueño
de pieles sinuosas tatuándote de sexo…
Intenta existir, sólo el anhelo de vida
sostiene al ser en su extraño azar.
Contacto (Raúl Alberto Mejía Restrepo)
Deja una respuesta