
Lo esencial
Y la poesía que no existe casi para nadie.
Y el dedo que corre y corroe y corrompe
y estrena la catástrofe del placer transparente.
Y aprieta los sentidos en la piel de los deseados
como las palabras sinfónicas de mi urgencia
se acomodan entre los pliegues de la maga
que me rechazan y, sin embargo, esperan.
En el delicioso instante en que el músculo exhala
su tremor de aceite, su tañer de sangre
se me encarna este intrincado paraíso…
esa rara libertad que sólo es plena al entregarse.
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