
Sacramental
No tengo lágrimas que no hayan perecido en el auto-sacrificio.
En el charco sacramental de mis infiernos fusilados.
Porque estoy hecha de vino y de aroma palpable…
bebo el efluvio amador de este cuerpo recién bañado.
Porque soy cáliz vacío, peñasco del desprecio
se agota y se encarna cada instancia del deseo.
Me unto el hambre molida con los puños
para ahuyentar la falacia de la ropa,
esa bestia compartida que sólo engendra desaciertos.
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